Durante el verano la alimentación y las rutinas cambian al tener más tiempo y estar más relajados. Cuando éste termina hay que volver a adoptar rutinas alimenticias saludables. Es aconsejable tomar pescados blancos y azules, ya que son fuentes de proteínas y ácidos grasos omega 3 (igual que las nueces, fruto seco muy saludable). Es recomendable también incorporar a la dieta legumbres, que son proteínas vegetales de alto valor biológico, así como lácteos (ricos en vitamina D y calcio) y las frutas y verduras, con gran cantidad de vitaminas y minerales.