El hígado graso es cada vez más una enfermedad más frecuente, especialmente el no alcohólico. Éste está relaciono con el sobrepeso y la obesidad, enfermedades en la actualidad más habituales. Las frutas pueden ser un buen aliado para mejorar este tipo de enfermedad digestiva.

Las frutas tienen capacidad saciante, por su alto contenido en fibra, con lo que pueden ayudar a combatir el sobrepeso. Por otra parte, como explica el Dr. Gonzalo Guerra, director médico de CMED, son grandes antioxidantes, lo que hace mejorar el tejido hepático infiltrado en grasa.

Las fresas, frambuesas, moras, zarzamoras, arándanos, grosellas, es decir, los frutos rojos en general, pueden ser un aliado para mejorar el hígado graso, al aportar antioxidantes, fibra y hierro. Los cítricos también son excelentes antioxidantes además de aportar gran cantidad de vitamina C.

Manzanas, peras y aguacates (es una fruta aunque se suele considerar como verdura) son importantes. Tienen gran cantidad de fibra y en el caso del aguacate, aunque tenga grasa, es de las cosideradas como "buena" por lo que no afecta a la salud del hígado.

Existen también frutas que no están indicadas para aquellas personas que están diagnosticadas de hígado graso por su alto contenido en azúcar. Es el caso de higos, brevas, mango y uvas entre otras. Su gran cantidad de azúcar hacen que sea más difícil la pérdida de peso, estrategia fundamental para mejorar el hígado graso.