Las Navidades son fechas en las que abundan las reuniones sociales y en las que las comidas son altamente calóricas. Además, es normal que la comida vaya acompañada de alcohol, cuya ingesta proporciona al organismo calorías vacías, es decir, aquellas que solo proporcionan calorías pero ningún tipo de beneficio al organismo.

El Dr. Eugenio Freire, cirujano general y digestivo de CMED, explica que no es bueno hacer una dieta estricta después de estas fechas ya que puede ser perjudicial para el organismo al necesitar nutrientes que pueden quedar fuera de la dieta con este tipo de alimentación.

Añade que lo más adecuado es incluir en nuestra dieta el llamado "plato de Harvard", el cual está compuesto por un 50% de frutas y verduras; un 25% de proteínas de alto valor biológico (legumbres y carnes magras); y otro 25% de cerales, especialmente integrales.

Por otra parte, hay que moderar o restringir el consumo de dulces, salsas calóricas y alcohol; tomar mucha agua o infusiones; hacer ejercicio físico (siempre adaptado a la condición física de cada persona); dormir entre 7 y 8 horas; y, por supuesto, evitar realizar las denominadas "dietas milagro", que son aquellas que prometen perder muchos kilos en periodos cortos de tiempo, ya que se producirá el indeseado efecto rebote por el que se cogerán con el paso del tiempo más kilos de los que se han perdido.